150 Años de Ganadería en San Justo

Según lo expresado por Segundo Sonzogni en una charla realizada en 1968, San Justo estaba poblado por familias semi-nómades de gauchos antes de su fundación. Este dato hace suponer que hubo ganado vacuno en nuestra ciudad antes del 6 de mayo de 1868.

La ganadería era una actividad para nada sencilla por aquel entonces. Hay que tener en cuenta que la zona se caracterizaba por presentar montes muy tupidos, con depredadores como jaguares y pumas, y además los pueblos originarios  que obviamente también se veían atraídos tanto por el ganado vacuno como el equino.

Según el inspector de Colonias Agustín Aragón, en 1881 la colonia San Justo poseía 160 bueyes de labor, 90 caballos, 1 mula, 200 vacas lecheras, 1888 vacunos de pastoreo, 100 ovejas y 60 cerdos. En el caso del ganado vacuno, estaba casi en su totalidad marcado y eran de raza criolla: se caracterizaban por tener escaza carne y cuernos muy largos.

Ya en los comienzos del siglo XX, estancias como Ripamonti, Saralegui  y el Fortín trajeron ejemplares  de raza Shortorn, Angus y Holando dando comienzo a una nueva etapa en la ganadería regional. Los problemas sanitarios que predominaban eran el carbunclo y la aftosa, entre otros. Para ese entonces, en el departamento San Justo había 566 marcas ganaderas registradas.

Pasaron pocos años para que la ganadería de la región comenzara a destacarse, tras la mejora constante de su genética y sanidad. Por ejemplo, en 1913 la Estancia La Rosa ganó con  un toro en la Exposición Rural de Palermo y al año siguiente obtuvo medalla de oro en la misma muestra con el toro Honorius. Por otra parte, todo este desarrollo fue acompañado principalmente a través del ferrocarril que posibilitaba el traslado de hacienda en pie a mercados importantes como Rosario.

Como era de esperar, el tiempo trajo consigo también las primeras firmas consignatarias. En 1936 inicia sus actividades la firma Ganados Remates S.A. con Edgardo Bieler a la cabeza. Ya unos años antes la familia Lamas también desarrollaba esta actividad en nuestra localidad, siendo pioneros en el norte santafesino. Con el correr de los años trabajarían otras firmas como Cabal, Iriondo y Cía, Damiani y Pujol S.A. entre otros.

Otro pilar importante en el desarrollo de la ganadería vernácula lo constituyó la Exposición de la Sociedad Rural local, cuya primera edición, en 1945, ya constituía una vidriera de la mejor genética disponible para el productor de la zona. Otro aporte relevante a la genética local lo hizo CIARO o Centro de Inseminación Artificial Ruta Once que abrió sus puertas en 1967 con los doctores Holderico Calace Gallo y Jorge Claus al frente.

Párrafos aparte merece la historia del matadero local. En 1891 comenzó a funcionar un matadero público ubicado en un predio cercano al cruce de las actuales calles  Mantovani y 1ro de Mayo. Años más tarde, Jorge y Juan Neme presentan un proyecto para la construcción de uno nuevo que termina concretándose en 1917 en otro predio. Éste emprendimiento público funcionaría con varias deficiencias en cuanto a higiene e instalaciones hasta 1942 en que se aprueba la adquisición de un predio en la continuación oeste de 9 de Julio y la construcción de un nuevo matadero público. En 1958 comienza a funcionar este nuevo establecimiento y, diez años después, se funda UN-CAR-MI SRL, Unión de Carniceros Minoristas, integrada por 13 socios, dueños de 16 carnicerías de San Justo. Con la ley Federal de Carnes de 1980 se cerró este matadero y pasarían unos años hasta que San Justo vuelva a contar con un frigorífico pero esta vez de capitales privados.

Por aquellos años, décadas del 60, 70 y 80 lo más común era la rotación de pradera con agricultura, teniendo en cuenta que predominaban los productores mixtos en la zona. Un trabajo realizado por María Helena Vera y Jorge Carbonell en 1970,  dice textualmente que “el hombre de campo ha empezado a sentir que sus esfuerzos reciben mayor compensación con la práctica de la ganadería que con la práctica de la agricultura” danto a entender que todo hacía pensar que la actividad pecuaria seguiría creciendo por sobre la agrícola.

Para 1988, el stock vacuno había crecido un 26.114% en cien años en el departamento San Justo, una cifra muy difícil de igualar. Para el nuevo milenio, el informe CLARIS LPB citado en el micro anterior, muestra cómo la actividad pecuaria va retrocediendo frente a la agricultura. El fin de la vieja feria ubicada al sur de la ciudad sobre Ruta 11 es una verdadera postal de este fenómeno: cierre de exportación de carnes en 2005, la feroz sequía de 2009 (seguida de otras e incluso de inundaciones), la dificultad de conseguir mano de obra y el abigeato influyeron para llegar a este punto crítico. En contrapartida, surgen los primeros planteos intensivos o feedlots.

El sesquicentenario de la ciudad coincide con un momento de relativo optimismo para la ganadería. La genética de la zona es excelente y hay más y mejores herramientas que ayudan a la actividad. No obstante, hay que remarcar que quienes han dejado esta producción es muy difícil que vuelvan a ella, debido a múltiples factores entre los que se cuentan los costos de infraestructura.

La ganadería: otra de las actividades cruciales que han acompañado a San Justo durante estos 150 años. Desde aquellos gauchos e inmigrantes pioneros hasta los feed-lots de hoy, siempre presente en las mesas de nuestra ciudad.